El punto de rocío es un factor crítico en la agricultura porque afecta directamente varios aspectos del crecimiento de los cultivos, la gestión de enfermedades y la gestión general de la finca.
Definición
El punto de rocío representa el valor de la temperatura a partir del cual el aire está saturado de agua.
Este umbral depende de la presión, de la higrometría y de la temperatura del entorno. Si la temperatura es inferior al punto de rocío, el agua se condensa formando el rocío. En función de la velocidad del viento, este vapor de agua puede formar rocío, niebla o nubes bajas.
Cosecha y lucha contra las heladas
Se trata de un indicador interesante en los grandes cultivos durante, por ejemplo, la cosecha. De hecho, la condensación del agua aumenta la dificultad a la hora de cosechar. Por tanto, conocer el punto de rocío puede ayudar a definir mejor los tiempos de actuación y a gestionar su organización de forma más óptima. Además, permite adaptarse a la situación en tiempo real.
El punto de rocío es también un indicador relevante para el resto de cultivos (viticultura, arboricultura, etc.). Al atardecer, resulta interesante para realizar un seguimiento del descenso de la temperatura. Cuando se producen episodios con temperaturas frías, el punto de rocío permite anticipar la aparición de heladas. Por ejemplo, las hojas de las viñas se enfrían más rápidamente que el aire, dando lugar a la formación de condensación. Normalmente, la temperatura del aire es superior a 0 °C, pero el suelo y las plantas ya se muestran «blancos» (en realidad, se trata de escarcha, no de una verdadera helada en el suelo).
Al utilizar eficazmente los datos del punto de rocío, los agricultores pueden tomar decisiones informadas que mejoren la salud de los cultivos, aumenten el rendimiento y aseguren un uso eficiente de los recursos. Esto lleva a prácticas agrícolas más sostenibles y rentables.